El bar de las sensaciones








Perteneciendo, simplemente perteneciendo a la mas pletorica de las realidaes. Quizas sea, quizas no, quizas encuentre en la montaña aquel dejo de catastrofe que se anuncia en el eco que nadie escucha, el eco ausente, quizas jamas logre trascender, quedando sumido en la frontera que se anuncia en los momentos que renace el alter ego del alma.



A lo lejos de alguna mirada perdida se entrelazan las heridas de mil y un batallas perdidas en el transcurso de los siglos. Perdidas no por culpa del filo de una espada, perdidas por culpa de la obscuridad, esa que no permite ver si el mas allá es tan fulminante como lo anuncia el libro de la vida.



El vacio que se cruza con el sueño en la mesa del bar de las sensaciones invita a sus congeneres a tomar una dosis de heroina, para callar las voces, para oir los suspiros, para remediar el dolor del alma, para curar las heridas que tantas veces vieron la luz de un supuesto hostigamiento.



Brindemos, brindemos hermanos, por el aqui y el ahora.




Sobre la calle del bar se extiende el poco raciocinio que ha quedado para compartir con las esferas mas absolutistas de los seres iluminados, esos que saben y entienden que nada malo tiene el llorar sin motivos, y el reir porque si.





Entonces lloremos y riamos tirados sobre la vereda del bar de las sensaciones, cantemos como juglares de la nueva era, la era del sin sentido que tan bien nos sienta.


.-Hay que trascender, hay que ser uno con los astros , formar parte de un todo y ser el todo en la nada.



Nadie entiende lo que dice el aire cuando susurra en el oido de quienes se han dado cita en el festin liberal, pero eso ya poco importa, el amor nos ha fallado, una vez mas ha demostrado que es perfecto... aun en su imperfección.

1 comentario:

Nicolas Manservigi dijo...

Volvé!!!

aunque sea para dejar unas palabritas de Navidad!

Dale che!!!